Pucha, quería escribir de linda manera, pero todo es confusión... Sentimientos que se entrechoquan no sé por donde empezar... Quizás por lo más simple, lo más natural...
Estás ahí en Sucre, ciudad al sonido tan dulce para un francofóno... Y tu que te encanta el chocolate, tan negra y en Sucre, es como un panorama perfecto... Sensaciones de solitud y de aburrimiento, vacío y silencio. Tu companía es tan preciosa que ma había acostumbrado a tenerte siempre por acá, y pasaban los días, y pasaban los días, y cada vez más perdía un poco de esa frescura que hace realizar a uno lo lindo que lo está pasando, lo precioso que uno tiene al lado. Cerré los ojos, los oídos, las manos y todo parecía normal. Pero al abrir, nada es parecido. Faltan muchas cosas, olores, sonidos, conversaciones, comentarios de fama o de corazón de María, cosas tan chicas, pero deliciosas, que uno no aprecia a su justa valor en el momento. Ahora estás en Sucre, te deseo lo mejor del mundo allá. Aprendí la lección, pero sé que la repetiré de nuevo cuando volverás en largas 4 semanas más. Como si todo fuese un círculo vicioso, me doy cuenta, repito el mismo comportamiento. Disculpa... No hay nada más rico que un relampago de risa tuya o la sonrisa conejin que te caracteriza. Disfrutalo allá, aprovecha tu estadía, pero regresas rápido, te estaré esperando Kalonig...
Bon vent à toi Elesbed...
Karout a ran ac'hanout
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